Nicaragua y el ALBA
Tortilla con Sal
Para retornar al gobierno luego de 17 años de neliberalismo, el Frente Sandinista tuvo que tomar varias decisiones de importancia estratégica, como por ejemplo, la de apostar por un modelo de desarrollo económico basado en la producción campesina de alimentos, el reconocimiento profundo del papel que juegan las creencias religiosas en la formación social nicaragüense, etcétera. Sin embargo, se puede afirmar que la más importante de todas esas decisiones fue la entrada del país a la entonces denominada Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, anunciada por el comandante Daniel Ortega a escasos momentos de asumir la presidencia a inicios de 2007.
El ALBA, como es sabido, le da a Nicaragua los medios materiales en las condiciones necesarias que le permiten al gobierno sandinista desarrollar una política que, a tres años de gestión, nadie que no esté enceguecido por el fanatismo o guiado por la más desvergonzada mala fe, podría menos que calificar como de altamente exitosa.
Pero además, y sobre todas las cosas, el ALBA dota al proyecto sandinista de un horizonte en el que es posible apuntar a la materialización un modelo socialista, al cumplimiento de aquella máxima de Carlos Fonseca Amador en el sentido de que ”se trata, no de lograr un simple cambio de hombres en el poder, sino un cambio de sistema: el derrocamiento de las clases explotadoras y la victoria de las clases explotadas. ”
¿Qué recibe Nicaragua del ALBA?
Los primeros pasos del ALBA
Nicaragua comenzó a beneficiarse de varios de los proyectos del ALBA mucho antes de la victoria electoral del FSLN en diciembre de 2006.
Corrían los últimos años de la presidencia de Enrique Bolaños y el neoliberalismo hacía agua por los cuatro costados. Nada funcionaba: apagones de luz todos los días, deficiente servicio de agua, constantes y masivas protestas populares por las alzas del transporte urbano, colapso de servicios públicos prácticamente privatizados como la salud y la educación, altísimas tasas de desnutrición infantil y pobreza generalizada.
Además de la corrupción de las élites liberales y del fracaso total de las recetas del FMI, en el fondo de la crisis estaba la negativa fundamentalista de Bolaños, atado a los intereses de las multinacionales y los EE.UU, hacia todo acercamiento al ALBA que permitiese una importación de petróleo barato. En ese contexto, son las fuerzas populares como las cooperativas y los alcaldes progresistas y revolucionarios, las que deciden dar el primer paso.
En noviembre de 2005, a menos de un año de la firma del acuerdo fundacional de la entonces Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América entre Venezuela y Cuba, la cooperativa nicaragüense de segundo grado NICACOOP firma un acuerdo con la empresa estatal petroquímica de Venezuela PEQUIVEN para la compra a precios justos de fertilizantes que beneficiaría a unos cien mil campesinos nicaragüenses y centroamericanos.
Al año siguiente llegó a Nicaragua la Operación Milagro, que hasta fines de 2009 había beneficiado a 58 mil nicaragüenses con operaciones de la vista cuyo precio de mercado oscila entre los 2000 y 2500 dólares, dependiendo del tipo de enfermedad a tratar. En un país que sólo contaba con 89 oculistas, se impulsó la formación acelerada de jóvenes en esas carreras y se han construido dos centros oftalmológicos en la tradicionalmente olvidada Costa Atlántica del país.
En ese mismo año de 2006, y por iniciativa del Frente Sandinista, el alcalde de Managua Dionisio Marenco, entonces presidente de la organización que reúne a todos los alcaldes del país, entabló negociaciones con la empresa venezolana PETROCARIBE que condujeron a la formación, en abril de 2006, de la empresa mixta ALBANIC con el fin de importar hasta 10 millones de barriles de petróleo al año equivalentes al consumo promedio del país a precio de mercado pero con condiciones de pago extraordinariamente beneficiosas.
Por ejemplo, 40 por ciento del valor del combustible se pagaría en 23 años más dos de gracia al 1 por ciento de interés.
El gobierno de Bolaños puso todos los obstáculos posibles para la llegada del petróleo y se negó a comprarlo, pero la entrada de Nicaragua al ALBA bajo la administración sandinista cambió totalmente la situación.
Gracias a la cooperación cubano-venezolana, en abril de 2007 se instalaron de emergencia docenas de plantas generadoras de energía para una capacidad instalada total de 480 megavatios que redujeron drásticamente los apagones en todo el país. Al mismo tiempo, unos 130 trabajadores sociales cubanos ayudaban a cambiar casi dos millones de bombillos por otros fluorescentes en los hogares nicaragüenses, lo que significó una disminución del consumo eléctrico de unos 70 megavatios con su consecuente impacto en la economía popular y nacional.
En julio de 2007 se formó la empresa ALBANISA con el fin de canalizar el petróleo venezolano, esta vez con la petrolera estatal nicaragüense PETRONIC como contraparte. Según el nuevo esquema, Venezuela aportaría el 51 por ciento del capital y Nicaragua el resto, aunque la toma de decisiones en la empresa es colectiva, estando los jefes nicaragüenses en abrumadora mayoría frente al presidente venezolano Rafael Paniagua.
En realidad hay por lo menos dos muy buenas razones para la implementación de este tipo de empresa binacional prácticamente privada (aunque de ninguna manera hermética o no-transparente, como dice la oposición al gobierno): Por un lado, éste tipo de construcción queda fuera del control de un parlamento de políticos corruptos y oligarcas cuyo único objetivo es el de sabotear toda iniciativa del gobierno; por otro lado, al quedar fuera del presupuesto general de la nación, los proyectos del ALBA no pueden ser sujetos a los condicionamientos del FMI, que Nicaragua en las actuales condiciones no está en posición de abandonar.
Es así como el gobierno actualmente distribuye un Bono Cristiano, Socialista y Solidario a 136 mil 878 trabajadores del Estado y de las 152 alcaldías de todo el país consistente en unos 25 dólares mensuales hasta fin del presente año. El bono, que proviene de los fondos del ALBA e incluye aguinaldo e indexación ante un eventual deslice del córdoba, está destinado a paliar los efectos de la crisis sobre los trabajadores estatales e menores ingresos y el FMI, con el que Nicaragua actualmente está negociando, ha sido totalmente incapaz de pararlo a pesar de sus airadas protestas.
Gracias a mecanismos de este tipo, Nicaragua hoy en día es probablemente el único país en el mundo que tiene un TLC con los EE.UU (heredado de los neoliberales), otro con la Unión Europea (recientemente firmado) y a su vez es miembro del ALBA. Se critica al gobierno sandinista porque el país todavía está en el FMI, etcétera, pero a menudo se olvida que el actual es un gobierno de minoría en proceso de construcción de una mayoría propia.
De hecho, nunca antes el país había tenido una posición de negociación tan fuerte con respecto al Fondo como hoy. En esas negociaciones ya no hay lugar para ”condicionalidades” tales como privatizaciones, bajas de salarios, etcétera. Además, y contrariamente a las prácticas de los gobiernos liberales, estas negociaciones se hacen en base a una propuesta del equipo económico del gobierno nicaragüense previamente discutida con los diferentes sectores del país y no a través de cheques en blanco como era la práctica de los gobiernos liberales.
Según el nuevo sistema, el 50 por ciento de la factura petrolera se paga en 25 años al uno o dos por ciento de interés, dependiendo del precio del petróleo. Los distribuidores en Nicaragua (y en última instancia, los consumidores) pagan la totalidad del precio del combustible, pero la mitad de lo que pagan no va de inmediato a Venezuela, sino que se queda en el país por 25 años en forma de préstamos muy, pero muy blandos. La administración de esos fondos, que son utilizados para proyectos sociales, construcción de carreteras, escuelas, centros de salud, y otras actividades en Nicaragua, quedó a cargo de empresas como ALBA-Caruna y otras vinculadas a ALBANISA.
La transnacional ESSO se negó inicialmente a vender o alquilar sus tanques para almacenar el petróleo venezolano, lo que llevó a fuertes confrontaciones que se resolvieron a fines de ese año por medio de un ”entendimiento comercial” entre las partes.
Uno de los aspectos más visibles de la ayuda del ALBA, sobre todo en la capital del país, ha consistido en un subsidio al combustible para el transporte urbano colectivo y de taxis que diariamente beneficia a casi dos millones de nicaragüenses en todo el país. En Managua, esto ha significado la congelación del pasaje de buses en 2.50 córdobas lo que significa un importante elemento de defensa del salario real. En la actualidad, Nicaragua es el país centroamericano en el que la gasolina para el sector de transporte colectivo es más barata.
Paralelamente, se inició la construcción acelerada y de tanques propios de PETRONIC (y la reparación de tanques ya existentes) para superar la dependencia de las transnacionales. A fines de 2009, y luego de una inversión de unos 50 millones de dólares, Nicaragua había logrado una capacidad de almacenamiento de un millón 20 mil barriles equivalentes a unos 40 días de consumo nacional.
La soberanía energética
Pero los aportes de ALBANISA no se han limitado a resolver los problemas más acuciantes en el terreno energético, sino que apuntan a ambiciosas inversiones con el fin de lograr la soberanía nacional en ese sector.
Una de estas inversiones es la refinería ”Supremo Sueño de Bolívar”, un proyecto que muchos consideran como la mayor obra de ingeniería de la historia de Centroamérica, sólo superada por el Canal de Panamá.
El proyecto incluye una refinería y un complejo petroquímico con capacidad de procesar 150 mil barriles diarios a partir del año 2019 para abastecer el mercado nicaragüense y centroamericano de petróleo y productos derivados, desde tuberías de PVC hasta enseres de plástico, etcétera.
La refinería ”Supremo Sueño de Bolívar” ya se encuentra en fase avanzada de planificación y se piensa comenzar a construirlo en 2012 para tenerla terminada en 2014, procesando inicialmente unos 100 mil barriles diarios de combustible.
La soberanía alimentaria
Otro proyecto estratégico de desarrollo impulsado con la ayuda inicial del ALBA es la irrigación de toda la costa del Pacífico Nicaragüense con aguas del lago de Cocibolca. Este proyecto, con un costo total de 1920 millones de dólares, significará que Nicaragua, al cabo de 15 años habrá incorporado 559 mil manzanas de tierra que ya no estarán expuestas a la sequía de El Niño y producirá un estimado de 3 millones 584 mil toneladas de alimentos al año para abastecer las necesidades de Nicaragua, del ALBA y de la región centroamericana.
Este proyecto, que había sido diseñado por la revolución Sandinista en los 80s y se pensaba ejecutar con ayuda soviética, tuvo que ser abandonado por la guerra y fue echado al cesto de la basura por los gobiernos neoliberales de los 90s.
Muchas de las políticas financiadas a través de los fondos del ALBA apuntan al objetivo de garantizar la soberanía alimentaria del país sobre la base de la producción campesina, una estrategia que en repetidas ocasiones ha sido elogiada por la FAO de las Naciones Unidas.
De hecho, el primer acuerdo, firmado a fines de 2005, consistía en la compra de fertilizante venezolano urea para la producción campesina de granos básicos para aumentar el rendimiento por manzana y, entre otras cosas, ayudar a restaurar los suelos erosionados. Este proyecto inicial continúa hasta hoy en día, y a fines de 2009 se habían beneficiado de él más de 19.000 productores individuales y 402 cooperativas.
Al mismo tiempo, y con ayuda del ALBA, el gobierno ha acopiado casi mil quintales de granos básicos con el fin de mantener los precios de los alimentos y combatir la especulación. Este proyecto ha beneficiado a unos 50 mil productores y a 300 mil familias consumidoras.
Para capitalizar a las familias campesinas más pobres y al mismo tiempo contribuir a una mejoría de su dieta, se ha introducido el Bono Productivo Alimentario, que consiste en la asignación de ganado menor y aves de corral a dichas familias bajo control de las mujeres. Así se llegaron a beneficiar, hasta el tercer trimestre de 2009, a casi 12 mil mujeres cabezas de familia y a casi 50 mil de sus dependientes.
La ayuda del ALBA también ha permitido el acceso a créditos baratos para la producción agrícola y pecuaria, un servicio que en la práctica le estuvo negado al campesinado durante 17 años de gobiernos neoliberales. Hasta el tercer trimestre de 2009 se habían entregado créditos a 17.466 pequeños y medianos campesinos para actividades agrícolas y a 7.683 pequeños y medianos ganaderos. Asimismo, 7.881 productores recibieron financiamiento para la retención de vientres con el fin de mejorar la calidad del ganado en poder de los pequeños y medianos productores.
Miles de campesinos han recibido títulos de propiedad durante los últimos tres años. A través del Programa Socialista ALBA Solidaria se apoya el trabajo del gobierno en la titulación de tierras de los campesinos. Hasta marzo de este año se habían hecho levantamientos de tierras de 1,165 y unos 69.59 Km2 en el marco de dicho programa.
Asimismo, hay varios proyectos agroindustriales en ejecución que refuerzan esta estrategia de desarrollo a partir de la producción campesina de alimentos, tales como la primera planta de procesamiento de harina de maíz a construirse en Ciudad Darío, con una capacidad de procesamiento de 36 mil toneladas métricas anuales a un costo de 10 millones de dólares, 2 mataderos industriales a un costo de 40 millones de dólares cada uno, y dos procesadoras de leche a un costo de 20 millones cada una.
Estos complejos agroindustriales, estructurados alrededor de empresas socialistas, darán valor agregado a la producción campesina de alimentos al mismo tiempo que crearán fuentes de empleo en zonas muy pobres del campo y de la Costa Atlántica. La meta con estos proyectos es la de incorporar a 65 mil productores agropecuarios organizados.
PYMES, medio ambiente y explotación de recursos
El proyecto ALBA Forestal, iniciado en octubre de 2009, capacita y da financiamiento a las comunidades indígenas de la Costa Atlántica para el manejo y explotación sostenible de sus recursos forestales, así como la exportación de los mismos bajo total control de estas comunidades que dispondrán de los excedentes de acuerdo a sus prioridades.
A través del proyecto de apoyo a la pesca artesanal, 157 pescadores han logrado adquirir 13 barcos, 38 pangas, 4 lanchas y 10 200 redes, recursos que han sido distribuidos con la finalidad expresa de promover la participación de la mujer en esta actividad económica. Asimismo, la construcción de nuevos muelles en el departamento de Chinandega, en el occidente del país, ha beneficiado a 1 800 pescadores y 3 mil pobladores de las costas aledañas que de una u otra forma dependen de la actividad pesquera.
La limpieza de la arena y las piedras de unos 30 kilómetros del cauce del Río San Juan, fronterizo con Costa Rica, beneficiará en su fase inicial a unos 90 mil habitantes que dependen de la navegación por el río. Este proyecto recuperará el caudal histórico del mismo posibilitando su navegación hasta su desembocadura en el Caribe y mitigará los efectos de los frecuentes y fuertes temporales que afectan la región. Además. El proyecto constituye una reafirmación de la soberanía nacional sobre esta región fronteriza.
Los proyectos del ALBA también se han hecho sentir en el sector del comercio y las empresas a pequeña escala, como los préstamos de unos 5 mil dólares otorgados a 700 comerciantes afectados por el incendio en 2008 del Mercado Oriental de Managua (el más grande de Centroamérica). Para otorgar los créditos se formaron grupos solidarios entre las y los comerciantes. Hasta el tercer trimestre de 2009 se habían otorgado 1 429 créditos a pequeñas empresas en los sectores manufacturero, agroindustrial, turístico y de las comunicaciones que generaron 8 574 empleos en 58 municipios del país.
Comercio justo
Otra dimensión de la relación entre Nicaragua y el ALBA es la del comercio justo. Gracias al ALBA, Venezuela se convirtió en escasos dos años y medio en el tercer socio comercial del país, sólo por detrás de los EE.UU y El Salvador con entre 8 y 9 por ciento del comercio exterior de Nicaragua, adquiriendo el 10 por ciento de la producción de café, el 30 por ciento de la carne, el 10 por ciento del frijol, el 21 por ciento de la leche y el 38 por ciento del ganado en pie – todo ello a precios preferenciales para Nicaragua.
La exportación de Nicaragua al ALBA crece todo el tiempo. En la última visita del presidente venezolano Hugo Chávez a Managua a mediados de abril de 2010, se firmaron acuerdos para la exportación de 24 mil toneladas anuales de carne bovina, 20 mil toneladas de frijol negro, 300 mil toneladas de café, así como exportaciones de novillos y vaquillas en pié.
”Las cantidades a exportar”, según explicaba el ministro de desarrollo agropecuario y forestal Ariel Bucardo Rocha, ”serán mayores que las de años anteriores y en muchos de los casos se han triplicado y hasta cuadruplicado”. En algunos rubros como el del aceite de soja, las solicitudes de Venezuela sobrepasaron abiertamente la capacidad de producción de Nicaragua, para lo que se elaboraron planes contingentes que actualmente son analizados por ambos gobiernos.
Programas sociales
El ALBA está además presente en una gran cantidad de proyectos sociales en la ciudad y el campo. Uno de ellos es la campaña de alfabetización, que redujo el analfabetismo del 35 al 3 por ciento, pero hay muchos otros:
El proyecto ALBA-Salud, por ejemplo, en sólo un año, hasta abril de 2009, había logrado atender a 100 mil nicaragüenses con la apertura del Centro de Alta Tecnología donado por Venezuela, y manejado por técnicos cubanos contando con equipos para resonancia magnética, tomografía, ultrasonido, electrocardiografía, y telecomando para estudios especiales, entre otros.
Otro de los fines de este proyecto, cuyo financiamiento asciende a 3,4 millones de dólares, es la creación de un centro regulador de medicamentos del ALBA para el registro sanitario y la creación de una empresa encargada de la distribución y comercialización de productos farmacéuticos con calidad, seguridad y eficacia, evaluados mediante criterios unificados y aceptados por todos los países participantes.
La brigada de especialistas cubanos que desarrolló el estudio genético social de las discapacidades “Todos con Voz” en Nicaragua (el primero en su tipo en la historia del país), en 129 días de estudio de diciembre a marzo de este año logró visitar 43 municipios del país brindado 82 mil 501 consultas a personas con discapacidad y a sus familiares en 71 mil 747 viviendas, así como 8 mil 94 consultas de especialistas en genética.
A través de los programas Casas para el Pueblo y Petrocasas se han construido cientos de viviendas para los sectores populares. El proyecto Una Casa Mejor ha consistido en la realización de mejoras en casas de adobe y techos de latón beneficiando a más de 17.000 moradores.
A través del programa Calles para el Pueblo se han pavimentado y/o adoquinado más de 1200 calles en 105 municipios del país, lo que en áreas como la Costa del Caribe ha permitido también la instalación de tuberías de agua potable y de aguas negras. El plan para Managua, actualmente en ejecución, prevee la reparación de 82 de los 300 kilómetros de calles de la capital en un plazo de 60 días.
La entrega de casi 25.000 cocinas de gas con sus respectivos cilindros a los sectores populares más necesitados ha contribuido a reducir sustancialmente las enfermedades pulmonares y cardiovasculares producidas por el uso de leña para cocinar, para no mencionar los efectos positivos para el medio ambiente.
La construcción de 16 nuevos espacios deportivos y la reparación de otros 192 ha beneficiado a casi 77 mil jóvenes en situación de riesgo en todo el país.
La construcción y remodelamiento de unos 25 Centros de Desarrollo Infantil ha beneficiado a unos 4.000 niños y niñas en edad preescolar, así como a unas 3 mil 500 madres que ahora tienen un lugar dónde dejar a sus hijos durante la jornada laboral. En esos centros, los niños participan en actividades lúdico-pedagógicas al mismo tiempo que reciben seguimiento médico y nutricional a cargo de personal especializado.
A través del programa Usura Cero, 44.185 mujeres pobres y en condiciones de alta vulnerabilidad (cifras hasta el tercer trimestre de 2009) organizadas en grupos solidarios recibieron microcréditos a un 4 por ciento de interés con 6 meses de gracia y a 18 meses de plazo. Sólo en 2009 se entregaron más de 522 millones de córdobas.
Hacia nuevas relaciones sociales para un nuevo modelo
En total, y hasta el tercer trimestre de 2009, los proyectos del ALBA en Nicaragua habían beneficiado a un total de 3 millones 974 mil nicaragüenses creando más de 134 mil puestos de trabajo. El espectro de actividades abarcado por la cooperación del ALBA se amplía todo el tiempo con la firma de nuevos acuerdos de cooperación, por ejemplo, hacia áreas como el turismo lacustre entre los países del ALBA y proyectos culturales, etcétera.
La entrada en funcionamiento del Banco del ALBA y el inicio del intercambio comercial unido al Sistema Único de Compensación Regional (SUCRE), que en total podría superar los 2 mil millones de dólares al año, crearán mejores condiciones para que Nicaragua se logre independizar del Fondo Monetario Internacional y así romper definitivamente con el modelo neoliberal.
Es difícil cuantificar en términos estrictamente económicos el significado de esa ayuda, no sólo porque todo el tiempo surgen nuevos proyectos y acuerdos, sino también porque las modalidades de dicha ayuda superan los marcos tradicionales de la rentabilidad estrecha y del asistencialismo.
El caso más patente es el de la factura petrolera, que en realidad se convierte en un préstamo altamente subvencionado para financiar una serie de proyectos sociales y productivos en los sectores populares. Pero ¿qué decir de los proyectos culturales, de la entrada de Nicaragua a TeleSur, etcétera?
¿Qué recibe el ALBA de Nicaragua?
Sin embargo, Nicaragua no es un mero receptor pasivo de los proyectos del ALBA sino un sujeto activo de los mismos. Por ejemplo, proyectos como Hambre Cero y todos los relacionados con el tema de la soberanía alimentaria han sido elaborados por científicos sociales, activistas y funcionarios nicaragüenses a partir de la experiencia de la revolución de los años 80 y de la experiencia amarga de la ”larga noche neoliberal” que vino después. Otro tanto se puede decir de los proyectos sociales, etcétera.
Los proyectos dentro del sector energético también están insertos en una estrategia propia que apunta a la independencia de las fuentes no renovables de energía y su reemplazo por fuentes renovables, con una estrategia propia sobre la gestión de los recursos acuíferos y del medio ambiente, etcétera. Y es que Nicaragua entra al ALBA con sus propios planes de desarrollo producto de su experiencia histórica.
La capacidad actual y potencial de producción de alimentos dotan a los países del ALBA de una importante reserva mientras se avanza hacia la soberanía alimentaria de sus miembros, pero la importancia de la entrada de Nicaragua al ALBA va mucho más allá.
Las fuerzas armadas nicaragüenses, de raíces populares y revolucionarias que 16 años de neoliberalismo y los intentos de los EE.UU no lograron borrar, enriquecen con sus experiencias las capacidades defensivas del ALBA.
El ejército nicaragüense, que libró una exitosa guerra defensiva contra la agresión estadounidense en la década de los 80s (la contra jamás pudo establecer una cabeza de playa en 10 años de guerra terrorista) mantuvo, a pesar de todos los intentos por corromperlo, dividirlo y asfixiarlo materialmente, su capacidad operativa y su orientación de servicio a la población más allá de sus tareas estrictamente militares.
Las experiencias del ejército nicaragüense en áreas que van desde la lucha contra el narcotráfico hasta su modelo de apoyo a la defensa civil, probado en grandes desastres naturales que periódicamente han azotado al país desde 1979, fortalecen las capacidades de los otros miembros del ALBA, en especial de aquellos en los que la tarea de la transformación de las fuerzas armadas en aparatos al servicio del pueblo todavía se encuentra en su fase inicial.
Otro tanto se puede decir de la Policía Nicaragüense y su amplia experiencia, reconocida internacionalmente, en la aplicación de estrategias de lucha contra la criminalidad basadas en la prevención y el contacto con el pueblo antes que en la represión. Por eso, en los últimos acuerdos firmados entre Venezuela y Nicaragua se encuentra la formación de unos 50 cadetes y oficiales venezolanos en la Academia de Policía Walter Mendoza de Managua que se prepararán aprenderán sobre el modelo comunitario proactivo utiizado por la policía nicaragüense.
Nicaragua también refuerza las voces de los países del ALBA y del tercer mundo en la arena internacional. Es conocido el papel desempeñado por el padre Miguel D'Escoto Brockman al frente de la Asamblea General de las Naciones Unidas ante crisis con el genocidio israelí contra la población de Gaza, el ataque colombiano contra el territorio ecuatoriano o el golpe fascista en Honduras, así como su actividad para promover la reforma de las Naciones Unidas, etcétera.
Pero Nicaragua también está representada en otros organismos importantes de las Naciones Unidas, como el Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas y el Comité de Descolonización.
La amplia experiencia internacional acumulada y los contactos forjados por el sandinismo durante la década de los 80s refuerzan el frente internacional del ALBA ante los retos actuales, como la necesidad de hacerle frente al cambio climático o a la crisis del capitalismo.
El ALBA como garantía de un cambio sistémico en Nicaragua.
El Frente Sandinista ganó las elecciones de diciembre de 2006 con una de las votaciones más bajas de su historia. Sin embargo, lo que a menudo olvidan los analistas fuera del país es que ya para ese entonces el entusiasmo de ciertos sectores del electorado con las políticas neoliberales había desaparecido por completo, como lo demuestran las continuas protestas sociales en los últimos años del gobierno de Enrique Bolaños.
Divididas y desprestigiadas, la derecha y la oligarquía carecían y carecen de una política propia y su espacio ha sido cada vez más relegado a una realidad mediática virtual para el consumo exterior, con un peso real cada vez menor entre el pueblo nicaragüense.
La política (pragmática) de restitución de derechos, de salud y educación gratuitas, de transporte colectivo subvencionado, de defensa del salario real de los trabajadores, y de ampliación de las relaciones internacionales, están transformando profundamente el panorama político del país que apunta a un gobierno sandinista con mayoría propia luego de las elecciones del próximo año que le permita realizar cambios estructurales para desmontar definitivamente el sistema neoliberal y comenzar a construir un socialismo nicaragüense.
Nicaragua tiene relaciones de cooperación con una gran cantidad de países a pesar de los intentos de chantaje de parte de los EE.UU y de los sectores atlantistas de la UE. Países como España y Alemania todavía mantienen niveles importantes de ayuda en sectores clave como las obras de agua potable. Las relaciones con países como Rusia han sido muy importantes, desde su establecimiento en el sector de las telecomunicaciones hasta sus donaciones de buses para el transporte urbano.
Sin embargo, es el ALBA y su apoyo a la estrategia de desarrollo del país lo que le permite a Nicaragua encontrar una salida más allá del capitalismo.
Fuente: http://tortillaconsal.com/tortilla/node/6078
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