Mi nombre es F. Abner Pineda, no soy familia de sangre de Orlando Pineda, pero me considero parte de la gran Familia Alfabetizadora que ha vanguardizado este Maestro Campesino durante 30 años consecutivos. Trabajé con este Amigo del Pueblo de manera ininterrumpida y directa desde la Cruzada Nacional, desde el 22 de marzo de 1980, hasta septiembre de 1996 y en lugares muy bonitos donde no les gusta estar a muchas personas, como en Muelle de los Bueyes, Nueva Guinea, Rama, Bocana de Paiwas Norte y Sur, En Río San Juan, en Kukrahill, las Cocoteras de Bluefields, San Francisco Libre, Terrabona, Darío, son incontables las comunidades Campesinas y los barrios de Obreros como Batahola Sur donde hemos alfabetizado juntos, hoy ya no trabajo de forma directa con este equipo de compañeros, sin embargo, cada vez que hay tareas para alfabetizar en lugares difíciles ellos me llaman y aunque yo trabajo en otro lugar, siempre pido mis vacaciones para marchar con ellos en apoyo a estas tareas tan importantes como en la última que se ha llevado a cabo en la Costa Atlántica Norte.
Desde que conocí a Pineda en las montañas de Zelaya Central en 1980, fue para mi un ejemplo y un Maestro, con él se trabajaba día y noche, fines de semana, Semana Santa y feriados en general, sin descanso, mal comidos, recorriendo a pie los caminos lodozos de una comunidad a otra, con botas de hule, amenazados permanentemente por la Contra, pero con toda la energía que imprime a las tareas el compañero Orlando.
Por supuesto que no todo el tiempo se puede andar a pie, en los lugares donde la Revolución nicaraguense repara y abre nuevos caminos, ya se puede andar en camionetas para llevar el material educativo y la asistencia técnica; lo bueno es que las camionetas y otros recursos que se tienen se utilizan en el trabajo; por ejemplo a la Costa Atlántica Norte por seguridad y por eficiencia se debe trabajar con carros en buen estado, doble cabina, para aguantar los bonitos viajes de 18 hasta 29 horas según al lugar que vayas, no se puede ir a pie.
En 1990, cuando perdimos las elecciones nacionales, hubo algunos compañeros (as) que se organizaron para seguir luchando desde abajo, otros le dieron totalmente la espalda al Pueblo y al FSLN, nosotros fundamos la Asociación de Educación Popular Carlos Fonseca Amador (AEPCFA) el 26 de febrero de 1990 para continuar la lucha dentro del FSLN a favor de nuestro Pueblo; ya no soy tan joven, sin embargo, quiero trasmitirles que los años que Dios me tenga sobre esta mi Tierra Nica, de manera voluntaria, sin cobrar ni un solo córdoba sigo dispuesto a trabajar con AEPCFA, con el Pueblo y con el FSLN para darme el gran gusto, el lujo de ver progresar a los más humildes y al pueblo en general.
Todos (as) los (as) que siempre andamos trabajando en Proyectos que benefician a las mayorías estamos sujetos a críticas, pero no es bueno que se trate de destruir la integridad moral de X ó Y personas, la mejor crítica que podemos hacer no es la destructiva, la mejor crítica se hace trabajando por este nuestro pueblo que tanto necesita de cada uno (a) de nosotros; si cada uno (a) dedicáramos nuestra vida a cuidar de nuestra familia, a cuidar de nuestros vecinos, a colaborar en mejorar el medio ambiente, a luchar por buscar los puentes de unidad entre nosotros los sandinistas y buscar los puentes especiales de unión con los que no pertenecen a nuestro partido, otro gallo nos cantará en el futuro no lejano, ya el Gobierno está desarrollando muchos y variados Programas, las entidades como AEPCFA de manera coordinada hacen lo suyo, si todos juntamos nuestras voluntades, nuestras creencias, nuestras energías, nuestros sueños, podríamos desarrollar a nuestra Nicaragua con más velocidad, con más calidad, con más y mejor educación, con más y mejor salud, con más y mejores viviendas, con más y mejores carreteras, pero principalmente necesitamos que todos y todas con paso muy firme vayamos teniendo una mejor conciencia, una mejor formación interna, una mejor formación espiritual, que vayamos forjando una verdadera unidad entre nosotros, forjando la unidad con el Pueblo en general; hagamos una Nicaragua cada día más Libre, más hermosa, más digna, entre más dignos seamos sus ciudadanos, más digna será nuestra Nicaragua, liberémonos del egoísmo, de la envidia, del rencor, agarremos como lema el amor al prójimo, la humildad bien practicada, la hermandad, la solidaridad, el amor a nuestro Pueblo y el amor a los Hermanos (as) del Mundo que nos conocen y a los (as) que no nos conocen presentémosle nuestra mejor cara, la cara de aprendices de revolucionarios que a diario llevamos a la práctica una o más acciones a favor del pueblo nicaraguense, continuemos aprendiendo de todas las personas que a diario trabajan para que los Humildes de la Tierra sean liberados del Yugo Opresor y del Oscurantismo. Yo he aprendido y continúo tratando de aprender de gente que no dan un paso atrás, como Teófilo, Braulio, Adrián, Memo, Nestor, Yma Yara, el padre Teo, Sebas Parra, Carlos Javier H., Goretti, Enrique Castro, Silvio, de las familias de todos estos compañeros (as), del Maestro Orlando, del Comandante Daniel, de la Compañera Rosario y otros excelentes compañeros (as), aprendo de todas esas personas que se dedican a trabajar sin descanso, sin pedir nada a cambio, sin esperar recompensa, aprendo de gente que dedica una parte de su tiempo a divulgar las cosas buenas por Internet, aprendo mucho del Campesinado, de los Obreros, de los Profesionales, de los Políticos, aprendo de los errores, de las cosas buenas, aprendo a diario de mi esposa Deyanira, he aprendido de mis antepasados como mi abuelita Otilia Ubeda Aráuz de San Rafael del Norte quien dedicó parte de su vida a prepararle los alimentos al General de Hombres y Mujeres Libres Augusto C. Sandino y a su Ejército Defensor de la Soberanía Nacional, aprendí mucho de mi madre Graciela Pineda (q.e.p.d.) era Maestra Empírica, dio clase por 53 años en las montañas de este país, ella me enseñó a leer y a escribir, seguí su ejemplo, estudié y me convertí en Maestro, se lo agradeceré por siempre; todo lo que he aprendido me lo han regalado, con lo poco que hago por mi Pueblo he tratado de devolverle algo a nuestra gente; invito a todos los nicaragüenses a que juntemos nuestros conocimientos y voluntades para devolverle a nuestra población su dignidad, la moral, los derechos más elementales de la humanidad; invito principalmente a que todos los jóvenes, que son nuestro relevo, se preocupen por trabajar más y mejor, de manera voluntaria, que dediquen tiempo para conocer y amar de verdad a su Patria; se necesitan algunas cosas elementales para llevar a cabo estas tareas, por ejemplo, mucha voluntad, sacrificio y amor eterno por Nicaragua, con esto haremos vivir siempre libre a la Nicaraguita.
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