La tarde empezaba a caer y el periódico a cerrar la edición. Los últimos rayos del sol iluminaban la más alta de las torres de la ciudad. Todo eran prisas. Los reporteron hacían correcciones de último momento. Los fotógrafos ya habían entregado las imágenes y participaban en una preselección para el diario de la mañana siguiente. Las secretaria atiende el teléfono y hace la conexión solicitada. Los teletipos no paran de llegar y los redactores estrujan sus extenuadas neuronas en el afán de pulir al máximo la realidad. De pronto un dilema.
-¡Jefe! un miltimillonario ruso y cinco jueces hondureños se encuentran en huelga de hambre.
¿A quién publicamos?
De pronto el único sonido fue el de las picadoras de papel que no podían parar y un móvil al fondo de la gran sala contigua. Todos miraron al jefe en silencio, sabiendo lo que vendría. La grapadora se detuvo para no perderse el detalle.
-¿Tu eres imbécil? respondió el jefe ¿A caso los jueces hondureños pueden pagar alguna publicidad?
-No lo creo, pero... ¿no es más importante el sistema judicial de un país que la fortuna de cualquier persona?
-Si... pero... ¿no te parece más importante tu trabajo? ¿Para qué te pagan? Esto de trabajar con principiantes... ¡Hay que explicar todo! ¡A ver chico! ¿De dónde sale el dinero de tu puto sueldo? ¿¡Sale de la democracia!? ¿¡Sale de la libertad!? ¿O sale de la publicidad?
Alguien puso pausa a la impresora. El silencio invadió el inmenso despacho.
-¡Respónde! gritó furioso el director, dando un golpe en el escritorio..
-De la publicidad, respondió en voz baja el becario.
-No quiero tener que repetirlo ¡A trabajar!
Y la redacción volvió a su habitual ritmo de trabajo.
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Fuentes de inspiración: http://www.elpais..com/articulo/internacional/Jodorkovsky/comienza/huelga/hambre/indefinida/elpepuint/20100518elpepuint_12/Tes i http://www.rebelion.org/noticia.php?id=106098
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